Texto sacado de "El rincón de Carlos Salas "
La crisis en preguntas y respuestas
¿Cuándo empezó la crisis? ¿Por qué nadie quiso pararla? ¿Qué tiene que ver Lehman Brothers con todo
esto? ¿Estamos en el tramo final?
¿Cuándo empezó esto?
En España empezó el día en que, cuando íbamos a los bancos a pedir dinero, descubrimos que por cada cien euros de crédito, nos cobraban sólo un euro. Eso fue a finales de los noventa.
Hasta entonces, por cada euro te pedían 15 euros o más de intereses. Pero a finales de los noventa el dinero se abarató porque controlamos la inflación. Así es la economía: las cosas buenas pueden ser la tapadera de las malas. Y las malas de las buenas.
¿Y qué hicimos?
Pedir créditos, muchos créditos. Unos los pedían para comprar la casa de su vida, como los matrimonios jóvenes, pero otros para especular: daban la inicial y antes de firmar la escritura,vendían la casa a otro. Con eso tenían dinero para dar la inicial de otras dos. Y así iban multiplicando su patrimonio. Nos convertimos en especuladores de casas porque en España, a diferencia de otros países como Alemania, el 90% de la población quiere que su suelo sea suyo, no alquilado.
Un dato sorprendente: en España se necesitaban unas 350.000 viviendas al año para satisfacer de forma natural la demanda.
Llegamos a construir 800.000 al año. Y así año tras año. En proporción, construíamos más casas que en Estados Unidos, y eso que ellos tienen una población nueve veces superior la población española.
¿Por qué nadie quiso parar esto?
Pues porque, ¿quién va a poner el cascabel al gato? Nadie. Nadie quería oír hablar de burbuja. Ni las familias, ni los empresarios, ni el gobierno. ¿Por qué? Porque el optimismo trae más consumo, más gasto, más prosperidad aparente.
Recuerden que en 2007 el paro se redujo a su cifra más baja en los últimos 30 años. Sobraba dinero: nos comprábamos casas, coches, hacíamos viajes, reformábamos los pisos. Y se recaudaba tanto dinero en impuestos que el gobierno se frotaba las manos porque tenía más dinero del que podía gastar: eso se llama superávit. Y como había tanta gente trabajando, el Estado además rebosaba de dinero en la caja de la seguridad social, que es la que se emplea para asegurar las pensiones.
¿Por qué era tan fácil obtener dinero?
Porque teníamos confianza. Los bancos confiaban en que lo íbamos a devolver. Nosotros confiábamos en que, aunque nos echaran del trabajo, íbamos a conseguir otro. Era Jauja. Habían tanta confianza que los bancos y las cajas nos daban más de lo que necesitábamos: la prueba es que hace 15 años, cuando pedíamos un crédito, el banco sólo otorgaba un montante equivalente al 80% del valor de la casa. El resto lo teníamos que poner de nuestros ahorros. Pero a mediados de 2005, nos daban el 120% del precio de la casa. ¿Y qué hacíamos con lo que nos sobraba? Comprar coches, o darnos un viaje.
Por eso nos endeudamos tanto. Nos convertimos en cigarras. Los alemanes y los franceses han sufrido menos la crisis porque siguieron siendo hormigas. Ahorrar mucho, no endeudarse, no comprar casas sino alquilarlas, no pagar con tarjeta de crédito...
Aquí se nos fue la cabeza.
¿Tenían los bancos tanto dinero para prestar?
No. Por eso acudieron a bancos extranjeros. Nuestros bancos se endeudaron con bancos extranjeros, los cuales prestaban dinero a España porque veían que las cosas iban bien y hacía negocio. El precio al que se cobran el dinero entre ellos se llama el euríbor.
¿Cuándo empieza la crisis?
Los americanos, igual que los españoles, se dedicaron a comprar casas con créditos casi regalados. Los tipos de interés bajaron del 6 al 1% para amortiguar el pánico de los ataques terroristas del 11-S, y porque habían pasado el calvario de las bolsas en 2000, cuando se desinfló la euforia de las empresas de internet. Pero a partir de 2003 empezaron a subir los tipos de interés porque la inflación se estaba desbocando de tanto consumo. Entonces, las familias que no tenían recursos pero que habían obtenido créditos fáciles, comenzaron a abandonar sus casas.
¿Cómo nos transmitieron esa crisis?
Aunque cueste creerlo, el sistema financiero tiene fórmulas para vender créditos. Es decir, venden los compromisos de otras personas, de miles de personas, de pagar cada mes su mensualidad de la hipoteca. Esos son los productos derivados. La banca comercial y la de inversión se dedicaron a vender productos derivados en los que sólo había hipotecas basura de millones de familias americanas. Claro que, cuando estas familias dejaron de pagar (las más pobres), los derivados comenzaron a caer. Miles de bancos de todo el mundo habían comprado derivados y se dieron cuenta de que detrás del celofán de los nombres bonitos, sólo había impagos. Entonces, cortaron el grifo.
¿Cómo llegó eso a España?
Por dos vías: por un lado, los tipos de interés en España llegaron a su máximo histórico el año pasado porque se temía una epidemia de inflación. Todo se debía a que el petróleo, que es la madre de la inflación, se elevó a su máximo histórico de 150 dólares por barril. Nunca se había visto eso. Cuando las familias se dieron cuenta de que su hipoteca subía mes a mes, empezaron a regalar sus pisos con hipotecas, o dejaron de pagar.
Por otro lado, los grandes bancos del mundo dejaron de prestar dinero a los bancos españoles porque se dieron cuenta de que habían concedido ingentes cantidades de dinero para comprar pisos. Y entonces, el sector de la construcción dejó de ser la gallina de los huevos de oro: la gente no compraba pisos, los constructores no vendían, los bancos no podían prestar más dinero, despidos… todo eso se juntó para causar el colapso.
¿Qué pinta Lehman en esto?
Fue uno de los bancos que más había traficado con productos derivados basados en hipotecas basura de EEUU. Entró en crisis y el gobierno americano, que estaba afrontando elecciones, creyó que si metía dinero el Lehman, los votantes le echarían la culpa por usar el dinero de los contribuyentes de esa forma. Por eso Lehman cayó y su impacto en la Bolsa de EEUU y del resto del mundo fue tan enorme que causó una ola de pánico. Siempre hay un hecho que marca el hundimiento y ese hecho fue Lehman.
¿Cuándo saldremos de la crisis?
Tenemos muchas deudas, mucho miedo, y mucha desconfianza. Cuando paguemos nuestras deudas, perderemos el miedo y tendremos más confianza. Empezaremos a gastar en otras cosas, las empresas venderán más productos, y contratarán más gente. Es difícil decir si esto está sucediendo ahora. Se dice que hay brotes verdes. Pero esos brotes están saliendo en los países donde había familias menos endeudadas. En España quizá tardaremos un poco más, pero saldremos.
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