30 junio 2009
26 junio 2009
Una de radar móvil
22 junio 2009
Otro cartelito
20 junio 2009
Un conductor cabreado
¡Esta vez me han tocado los cojones!
Vale que tengamos que aguantar a la guardia civil apostada tras los setos como cazadores de tiro al pichón. Vale que tengamos que aguantar los “80” “60” en escasos 20 metros con el riesgo de que si hay un “cazador” cerca te pillen. Vale que tengamos que aguantar las limitaciones absurdas (100 en recta de autovía ¿es lógico?) Pero que ahora no te dejen pasarte ni 1 km/h del límite es hilarante. Estos personajillos que instauran estas leyes se supone que habrán estudiado ciencias políticas, pero de “ciencias” no tienen ni puta idea. Un principio elemental de cualquier ensayo científico impone que para que el resultado sea válido hay que conocer el margen de error de los aparatos de medición que usemos, ya que por muy precisos que sean, todos tienen un margen de error (que sea más o menos aceptable es otra cosa)
Me imagino que junto a la multa vendrán un certificado de un laboratorio independiente confirmando que el radar utilizado para cazarme tiene un margen de error del 0% y otro de que el velocímetro colocado en su día en el modelo de coche que uso tiene también un 0% de error.
¡A que no hay huevos!
Vamos a ver señores. Yo tengo un G.P.S. que me da mi velocidad calculada por satélite y rara vez coincide con mi velocímetro (marca más). En algunos lugares hay aparatos que te indican a qué velocidad viajamos y tampoco coinciden (marcan menos). Mi mujer pone el regulador a 120 y mi coche a sus parejas, marca menos ¿de cuál me fio? Ya bastante lentas son las limitaciones de nuestras carreteras para ahora tener que ir por debajo de ellas para estar algo más seguros.
Para los que salen a la carretera los fines de semana a lo mejor no les importa mucho porque con un poco de cuidado……. pero…. ¿y los que nos hacemos más de 5000 kilómetros al mes por cuestiones de trabajo? Es mucho más fácil que incluso con cuidado te despistes y te pillen. Y como perdamos todos los puntos ¿de qué viviremos?
Luego está el tema de la recaudación. No se cansan de decirnos que todo va a ir a una cuenta especial que servirá para mejoras de seguridad en las carreteras (o algo así) y que por tanto no es para llenar las arcas del estado. No nos engañemos señores, esas “mejoras” le hubieran correspondido al ministerio de fomento y por tanto al ahorrárselo, sí estamos llenando las arcas del estado.
Bueno os dejo que hoy tengo un largo camino por delante y no puedo pasar de 90 .
19 junio 2009
Un Cartelito
Un cartel en unos ascensores de un edificio oficial. Muy claro en sus instrucciones y muy útil si no fuera porque… ¡ESTÁ DENTRO DE LOS ASCENSORES! Cuando lo ves puedes estar cansado de darle a todos los botones de llamada que es precisamente lo que se quería evitar.
15 junio 2009
No pudieron con el McDonal´s
No sé el tiempo que estuvo abierta, pero la “guasa” gaditana le sirvió de poco a esta hamburguesería del centro de Cádiz ya que lleva cerrada mínimo los dos años que llevo pasando por aquí.
12 junio 2009
Los pilares de la tierra
09 junio 2009
Una señal muy peculiar
07 junio 2009
El helado
¡Echo de menos al abuelete de los helados!
Hubo un día, de los primeros de mi trabajo como “viajante”, en los que en una gasolinera (creo que la de la entrada de Álora), me abordó un vejete diciéndome que si quería un helado casero mientras señalaba una motillo. Estaba ésta aparcada a la sombra y tenía dos grandes neveras de playa a modo de serón. Me intrigó la idea y le dije curioso que sí. Sacó de un compartimento un barquillo de galleta y de una de las neveras sacó una tarrina, hizo una bola, y me ofreció el helado (barato por cierto). Mientras me comía el helado me contaba que él se había dedicado a esto toda su vida y que los andaba vendiendo por las ferias cercanas y en las tardes de verano.
El helado estaba bueno aunque no muy bien batido, debido sin duda a que aquellas manos no tenían ya la fuerza de antaño.
¡Echo de menos al abuelete de los helados!
Sí, y con cierta preocupación pues no lo he vuelto a ver más desde entonces y si con la edad que tenía seguía “trapicheando”, no creo que ahora su retiro sea voluntario. Espero que esté bien y que sólo sea un problema de casualidades. Espero encontrármelo un día para poder disfrutar otra vez de un helado que si bien no era el más sabroso que he probado, si era el de más “sabor”.
Hubo un día, de los primeros de mi trabajo como “viajante”, en los que en una gasolinera (creo que la de la entrada de Álora), me abordó un vejete diciéndome que si quería un helado casero mientras señalaba una motillo. Estaba ésta aparcada a la sombra y tenía dos grandes neveras de playa a modo de serón. Me intrigó la idea y le dije curioso que sí. Sacó de un compartimento un barquillo de galleta y de una de las neveras sacó una tarrina, hizo una bola, y me ofreció el helado (barato por cierto). Mientras me comía el helado me contaba que él se había dedicado a esto toda su vida y que los andaba vendiendo por las ferias cercanas y en las tardes de verano.
El helado estaba bueno aunque no muy bien batido, debido sin duda a que aquellas manos no tenían ya la fuerza de antaño.
¡Echo de menos al abuelete de los helados!
Sí, y con cierta preocupación pues no lo he vuelto a ver más desde entonces y si con la edad que tenía seguía “trapicheando”, no creo que ahora su retiro sea voluntario. Espero que esté bien y que sólo sea un problema de casualidades. Espero encontrármelo un día para poder disfrutar otra vez de un helado que si bien no era el más sabroso que he probado, si era el de más “sabor”.
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